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Fotografía de la tarde-noche del miércoles 19 de junio, donde se aprecia un banco de nube de gas

En Fábrica Militar: ¿complot o negligencia humana?

Una vez  más, la ciudad convive con la falta de comunicación de lo que sucede con el tema ambiental de la ciudad. Durante años las principales empresas químicas como Petroquímica, Atanor y Fábrica Militar han tenido eventos ambientales. Sin contar, los problemas ambientales menores como el tratamiento de las aguas servidas, o desechos de basura, o depósitos de productos químicos en zonas pobladas y/o camiones cargados con químicos que “descansan” en plena zona urbana. En todos estos pequeños grandes ejemplos el Plan Apell Municipal contempla una acción correctiva y sancionatoria.

Recurrente, insólito, falta de profesionalismo, desidia o conspirativa son algunos de los adjetivos cuando nos referimos a la comunicación de Fábrica Militar en referencia a los eventos ambientales.

Error o conspiración

El martes 18 pasado en Fábrica Militar en la sección química se generó un evento ambiental, aparentemente el problema de una válvula originó un escape al aire de gas nitroso (color amarillento). Tras los respectivos controles municipales de parte de la Dirección de Medio Ambiente y de la Secretaría de Seguridad Municipal y el compromiso de la Dirección de FM, a cargo del Teniente Coronel Augusto Taddeo de ajustar los elementos humanos quedó como un «cuestión normal» y corregible.

Como dato periodístico se supo que los ajustes en ese sentido propuestos por el Director Taddeo están sujetos a más planillas y protocolos que lo único que hacieron es aumentar los trámites para una decisión final. También es cierto que algunas fuentes dentro de la empresa empiezan a hablar de cierta conspiración para que la empresa estatal vea truncada sus pretensiones de convertirse en sociedad del estado o por le menos dificultarla.

Tampoco es casual, que al día siguiente haya ocurrido un incidente ambiental con errores humanos incomprensibles. Con viento norte, ventear las cañerías con un compresor y que los gases que se emiten al aire, se dirijan hacia la zona poblada es un error negligente y/o supuestamente conspirativo.

Otras fuentes, señalan la actitud del nuevo Director Taddeo que con algunas medidas y contramedidas llevaron a los errores humanos en el último incidente. Lo cierto, que no es la primera vez que la planta química comete estos tipos de errores, y la cual fue sancionada.

Más de lo mismo

Creer que una planta interna de tratamientos de efluente en la empresa Atanor o una torre de absorción en FM o un compromiso de Petroquímica de reforzar la comunicación interna es la solución a los problemas ambientales, es un verdadero error.

A las empresas solo les interesa, el menor impacto ambiental y no perder las normativas legales que el Estado y los países le exigen para seguir comercializando sus productos.

Cuando nos referimos a que los medios de comunicación y los vecinos estén informados, nos basamos en conocer en tiempo real de lo que sucede en temas de medio ambiente. El “ocultismo” y/o la falta de comunicación no es concejera en la vida real menos cuando se trata de informar a un grupo de personas.

La realidad de los hechos marca y se difunde como excusa que se cae en un “error humano”, además queda la percepción de un hecho de “corrupción bajo silencio”. Cuando hay silencio, es porque algo se oculta, en todos los incidentes y con los involucrados. Tanto del personal de las empresas como los directivos de Fábrica Militar han mostrado un geto mediático.

Por mi profesión de periodista me interesa y mucho lo que sucede dentro de las fábricas químicas, además de lo que suceda en las calles de la ciudad o lo que afecta a uno o a miles de ciudadanos en la vía pública.

Párrafo aparte, para los funcionarios municipales que a la hora de responder los requerimientos de los comunicadores quedan atrapados por decisiones políticas, no pudiendo defender sus posiciones de trabajo de campo.

Por último, ante las inminentes acciones negligentes del personal de FM y de sus directivos, surge la idea del grupo de Seguridad Municipal que más allá de las multas, mediante normativa las empresas para parar o arrancar una planta química se necesitaría autorización municipal. Las sanciones económicas para las empresas ya no alcanzan, es hora de individualizar los hombres que no la cumplen y judicializar la negligencia.

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