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NOTA DE OPINIÓN / POR GUSTAVO PRETTINI / ABOGADO
En este cierre de diciembre, se consuma la etapa final de Juan Carlos Maqueda como miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, culminando una trayectoria que honra no solo a la Justicia argentina, sino también a su ciudad natal, Río Tercero.
Nacido el 29 de diciembre de 1949, Maqueda encarna el ideal del servidor público íntegro, cuya carrera refleja el esfuerzo constante y el compromiso ético. Formado en la Universidad Nacional de Córdoba, donde obtuvo su título en Derecho y Ciencias Sociales, su desempeño en los tres poderes del Estado consolidó su figura como un referente de los valores republicanos.
Desde su ingreso a la Corte Suprema en 2002, Maqueda se distinguió por su defensa del federalismo, la promoción de los derechos humanos y su sensibilidad hacia los sectores más vulnerables de la sociedad. Su participación en decisiones trascendentales marcó un punto de inflexión en la jurisprudencia nacional, aportando una visión sólida y equilibrada que trasciende los tiempos.
La culminación de su mandato en la Corte Suprema nos llena de orgullo como riotercerenses, recordándonos que las raíces provincianas son capaces de nutrir trayectorias de trascendencia nacional. El legado de Maqueda no solo es un testimonio de su excelencia profesional, sino también de los valores que nuestra comunidad fomenta: el esfuerzo, la integridad y la vocación de servicio.
Juan Carlos Maqueda es, sin lugar a dudas, un emblema de lo mejor que Río Tercero tiene para ofrecer al país. Su ejemplo nos interpela a mirar más allá de las fronteras locales y a aspirar, desde nuestras raíces, a contribuir al fortalecimiento de las instituciones y el estado de derecho.
