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OR NICOLÁS RODRÍGUEZ / CONCEJAL DEL FRENTE TODOS /Esta semana, los concejales de la oposición rechazamos el tratamiento del nuevo proyecto enviado por el intendente Ferrer para fijar las tasas e impuestos municipales que deberán pagar los vecinos durante el próximo año. Los motivos del rechazo son muchos y variados. Radican no sólo en la ya conocida extrema presión tributaria de los estados sobre el bolsillo de los ciudadanos, sino también en razones técnico/jurídicas imposibles de soslayar y desconsiderar.
Hasta este momento, la tasa a la propiedad inmueble que cobra nuestra municipalidad se calcula por tres conceptos:
1) Alumbrado público
2) Recolección de residuos, barrido y limpieza urbana
3) Metros lineales de frente, ponderados en función de la zona dónde se encuentre ubicada la vivienda. La pretensión del intendente Ferrer para el próximo año consiste en retirar el primer punto antes mencionado, omitir el cobro de alumbrado público en la boleta de la Tasa a la Propiedad, pese a lo cual de todos modos sufrirá un incremento considerable.
¿Y cómo pretenden cobrar ahora el alumbrado? Aplicando una tasa ¿o impuesto? proporcional al consumo domiciliario en la boleta de energía eléctrica.
¿De cuánto es ese porcentaje? Ningún concejal ni oficialista, ni opositor lo sabe. Extraoficialmente, el secretario de economía municipal ha manifestado que el porcentaje oscilará entre el 10% y 20% del monto total de la facturación, de tal modo un vecino de barrio Parque Monte Grande, con iluminación de mala calidad o inexistente pagará lo mismo que uno de Villa Elisa con iluminación led adecuada, siempre que su consumo eléctrico domiciliario sea el mismo.
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¿Qué relación existe entre el consumo domiciliario y la iluminación de nuestras calles? Ninguna. Claramente el nuevo impuesto municipal sobre la boleta de la luz es inequitativo e injusto por volverse altamente gravoso, representando un incremento anual del 116% sólo en este punto; esto se evidencia en el hecho de que el proyecto de presupuesto anual 2021 prevee recaudar 65 millones de pesos, a diferencia de los 30 millones previstos para este 2020.
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La deuda que mantiene el municipio con la Cooperativa asoma como el verdadero motivo de esta nueva pretensión de cobro.
¿Cómo y por qué se generó esta deuda? Sencillamente por la mala gestión del municipio. Por ejemplo, en este año 2020 marcado por la emergencia sanitaria y económica se recaudaron en sólo 10 meses $ 19.141.655,32 en concepto de alumbrado público y a la Cooperativa sólo se le pagó $ 5.642.629,53.
¿Dónde están esos casi 14 millones faltantes? En otros gastos, cubiertos con el dinero de los frentistas que ya pagaron la iluminación de sus calles. Con ejercicios fiscales anteriores, se estima que la deuda ya supera los $50 millones.
¿Es justo crear un nuevo impuesto para que los vecinos de Río Tercero cubran los costos de la mala administración municipal? No. Por eso nos oponemos, por que pretendemos discutir también de que forma y en que gasta el intendente, peleamos para defender el bolsillo de la gente que no debe, ni puede ya, seguir pagando los costos de la impericia y negligencia de los funcionarios de turno.
