RÍO TERCERO/ PANDEMIA DEL CORONAVIRUS/ UNA HISTORIA DE VIDA/ La historia de Pablo es una de las tantas, de hombres y/o mujeres que migran a zonas de Argentina en la ilusión y esperanza de un trabajo, de una mayor perspectiva de vida. En plena pandemia y ante la situación de falta de trabajo el albañil decide volver de la provincia de Neuquén como sea, logrando su odisea viajante durante dos días.
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Pablo AMÉRICO Gradac (55), es oriundo de barrio Magnasco, fue en busca de trabajo a Vaca Muerta en plena patagonia argentina en febrero pasado, en busca de trabajo.
A continuación Pablo Gradac cuenta en primera persona, su viaje esperanzado en conseguir trabajo y la vuelta desesperada por volver su ciudad y de abrazar a su familia en plena pandemia del coronavirus.
LA HISTORIA CONTADA POR EL PROTAGONISTA.
Llegué en febrero pasado, no conseguí trabajo en Añelo, capital de Vaca, un pueblo de la provincia de Neuquén, rápidamente se me terminó la guita. Allá una habitación compartida por cuatro cuesta unos seis mil pesos.
Luego, conocí a un tipo que vive en Chañar, cerca de Añelo donde trabajé por quince días y empezaron los problemas en cuarentena: pasaban las quincenas y se me terminó el dinero y sin poder cobrar.
Luego me lleva a Cinco Saltos, provincia de Río Negro donde me presta una piecita. En ese lugar la paga era de mil a mil. En cuarentena, los vecinos me ayudaban, me daban de comer en la época crítica. Viendo la situación de falta de trabajo, condiciones de vivienda decido volver a mi ciudad.
Una ayuda solidaria. Lo conozco a Nico Rodríguez el concejal, por intermedio de Danilo Cravero, lo llamé desesperado y le pedí una mano si me podía conseguir un pase para volver a Río Tercero. Con el pase de Nicolás que me envió vía celular, empiezo mi regreso.
Siempre con el relato de Pablo: “Me llevó un camión hasta Catriel, de ahí caminé 10 kilómetros, de ahí, la policía de Río Negro me lleva hasta el límite con la provincia de La Pampa, donde hay un puesto policial en río Colorado. Esa noche, comí con los policías de la provincia de Río Negro.»
Al otro día, cruce caminando el límite interprovincial a La Pampa y logro que un auto me traslade hasta el cruce de la ruta denominada “el camino del Desierto”.
Por la ruta 20, caminé varias horas, me alza un camión hasta Santa Rosa, luego en la ruta 35, camino unas horas más, me traslada una chata hasta la ciudad de Santa Rosa, La Pampa. Hago noche, en una estación de servicio, en ese lugar dormí al intemperie.
Al otro día, salí a caminar por la ruta a las cuatro de la madrugada, a las siete de la mañana me llevan hasta Vicuña Mackena, posteriormente otro camionero me lleva hasta la rotonda de Río Cuarto.
Sigo caminando por la 36 y un camionero me levanta hasta Gigena, sigo caminado y logró que un auto me acerque hasta Berrotarán, ya eran las 5 de la tarde. Finalmente, otro auto me lleva hasta la terminal de Almafuerte, donde un sobrino me busca en su auto particular.
Fin de la historia. Al final, el concejal Nicolás Rodríguez advierte de la situación del viajante a las autoridades del Municipio y cuando Pablo entra a la ciudad personal de Defensa Civil acompaña y realiza el control respectivo y la posterior cuarentena.