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Claudio en busca de una oportunidad: “Solo busco salud”

RÍO TERCERO/ SALUD/ Claudio Biscaldi (51), es un habitante de Río Tercero, que durante muchos años y en gran parte de su vida padeció la enfermedad de la obesidad. Siempre con el apoyo de padres, amigos busca en la actualidad una operación y así poder dar una luz de esperanza en su nuevo tratamiento. La nueva ley contempla a la obesidad como una enfermedad, para ello espera la autorización de su obra social privada para llevar adelante la operación de un bypass.  “Sólo busco salud”, recalca.

En el programa radial “El ojo tiene voz” por Fm Estación Urbana en el dial 97.5 Claudio Biscaldi contó su experiencia personal, y que para muchos es un caso testigo sobre la realidad que marca que 6 de cada 10 adultos tienen sobrepeso. En tanto, por lo que respecta a los menores, Salud de la Nación indica que en niños y niñas en edad escolar, el porcentaje con sobrepeso es del 30%, mientras que el 6% son obesos.

 

  • Podemos empezar la entrevista contando su realidad desde que usted era niño. En mis años de infancia, duplicaba o triplicaba el peso de una persona normal. Era un chico de ocho años con setenta u ochenta kilos. En ese momento, en aquellos años la situación estaba muy bien marcada: el gordo y el flaco.

Fui a un colegio privado y muchas veces me sentí distinto.

A lo largo de mi vida me han pasado millones de cosas, momentos que no podía atarme los cordones o no podía respirar ni caminar.

Durante 50 años mi vida siempre fue en modo curva, con altos y bajos, siempre tuve gordo o flaco. Tuve una etapa de bulimia, que en esos momentos no era muy difundido, los trastornos alimenticios no estaban en los medios como ahora. Y en realidad, salí solo de esa enfermedad con ayuda de gente.

Yo no me puedo quejar de mis afectos, si lo puedo hacer de mi por mi enfermedad. Ya que la gordura te limita en muchas cosas; el asiento de un auto o no se poder andar en bicicletas, no entrar en la reposera.

Fui toda mi vida gordo. La palabra gordo se utiliza de muchas formas, de forma despectiva, de cariño. Uno se da cuenta cuando la gente te trata de “ahí va el gordo”.  Hay formas y formas, le he aceptado siempre es mi vida.

  • ¿Usted pudo o puede hacer deportes con su problemática de la obesidad? En cierta parte si, cuando estaba excedido de peso no. Ahí recibí la discriminación y que me marcó para toda la vida. Fue con un profesor de gimnasia, en el Alexis Carrel, primero tengo que decir que con mis compañeros todo bien pero ese profesor me marcó.

Antes se hacía un test de Cooper, que había que saltar, correr, etc. y en un momento estábamos todos saltando y obviamente no podía hacerlo con 20 kg. de exceso y el profesor me dice: “salí gordo, vos no servís para nada”, tal cual lo cuento.

Me sacó de la clase, luego vinieron profesor como el Nino Tailer, la «Pachocha» Ramos que eran diferentes. Este tipo me marcó una etapa de mi vida.

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  • La obesidad es una enfermedad. Si es una enfermedad, antes se veía que era una cuestión estética. Es una enfermedad que pasa mucho por lo psicológico.

Aprendí que a lo largo de mi vida eso pasa mucho por la cabeza, porque el cerebro es el que te domina. Te cuento una historia: yo fumaba dos etiquetas de cigarrillos por día, estaba haciendo dieta y empecé a aumentar. En una de las “bajadas” de 180 a 100 kilos, y luego que luego  volvía aumentar a 150 me dije a mi mismo: “voy a dejar de fumar” y en un día para el otro tiré el cigarrillo.

En una de las tantas terapias que hice le preguntaba al profesional: cómo puede ser le gané al pucho, y me sigue ganando un lomito. Frente a un plato no me pueda contener. Llegué a la conclusión que es como una droga, somos viciosos.

  • ¿Usted tiene intenciones de operarse? Si está previsto un bipass. La ciencia no da una posibilidad a los excedidos de peso que durante un año o dos aprendamos a comer.
  • A ver si le entiendo, es una ventana que se abre por un tiempo. No es la solución, es una ventana. Nuestro problema es como un río, viste que al río vos lo podés desviar por un tiempo, pero el cauce sigue empujando siempre por el mismo lugar.

La ciencia lo que hace con nosotros es darnos la posibilidad en un año o dos, tratemos de encausarnos en una conducta alimenticia.

A mucha gente les cambió la vida. Hay momentos que no podés caminar ni vestirte y uno ve que hay otro mundo de la gimnasia, de ponerte una ropa y verse bien.

  • ¿Usted usa ropa XXL? No XXL no sirve. En mi caso que estoy excedido de peso no sirven esas medidas. No sabes, lo que es ir a un restaurante y no entrar en las sillas. Muchas veces pasé vergüenza. Un caso, que me tocó en la Costa con unos amigos y mi hija, ir a comer a un restaurante y en el lugar tenían los asientos con limitaciones, me quise sentar pero no entraba. Le dijimos al mozo:  “flaco, me podés traer una silla sin limitaciones, porque no entro en la silla”, y nos contestó: “y bueno, loquito que querés hacerle”. Obviamente, mi paciencia es poca y no me callo.
  • Usted con el paso del tiempo, ¿aprendió de sus derechos sobre la obesidad? La sociedad no está preparada para nada, ni para los discapacitados ni para los “gordos”. Sacan una ley que tiene que haber medida de ropa para todos y a decir verdad no hay ropa para todos.

Me tengo que hacer ropa, con una persona.  No existen bóxer o calzoncillos para nosotros para comprar, en muchos casos no usas esa prenda. Ahora he descubierto una casa en Córdoba y consigo algo.

Mi único problema actual es la falta de aire y es por el exceso de peso. Hoy en día no me siento discriminado ni mucho menos. Cuando estuve flaco salía a correr, a practicar boxeo, andaba en bicicletas, pero el estrés el sedentarismo me llevó a aumentar de peso. Esta es la historia de vida; subir y bajar.

  • ¿Qué más desea en la vida? Tengo todo lo que necesito, en definitiva busco salud. Hoy estoy pensando en mi, quiero saltar quiero andar, caminar. Dormir acostado y bien y no sentarme a la media de la noche que me falte el aire.

Sentarme arriba de un auto y sentir la comodidad del asiento o ir en moto y sentirme cómodo.

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